El consumo de zanahorias es recomendable a todas las edades y en cualquier ocasión. Debido a que es muy digestiva, alcaliniza el organismo, mejora la salud de la piel y la vista, previene numerosas enfermedades -cáncer incluido-, y es la reina del betacaroteno.
Este alimento es anticancerígeno y protege frente a las enfermedades del corazón. La razón es su alta concentración en betacaroteno, un nutriente causante de su color naranja y que se convierte dentro del organismo en vitamina A, una gran aliada de la salud.
El betacaroteno como sustancia antioxidante protege todos los tejidos del cuerpo de la degeneración causada por radicales libres y por eso previene frente a enfermedades crónicas y degenerativas, como cardiopatías, apoplejía y ciertos tipos de cáncer: pulmón, vejiga, próstata, colón, cuello de útero, laringe y esófago.
En un estudio en Harvard con 87.000 mujeres se comprobó que las que tomaban 5 y más raciones de zanahorias a la semana tenían mucho menos riesgo de infarto que las que solo tomaban una vez al mes (un 68% menor). Destacamos que cuanto más oscura es la zanahoria, más betacaroteno tiene. El betacaroteno no se pierde al cocinarla.
Potencia el sistema inmunológico también por la concentración en betacaroteno que es un soporte para aliviar enfermedades carenciales, patologías o infecciones (faringitis, laringitis o bronquitis). Favorece la salud de las mucosas, piel y cabello y protege frente al envejecimiento.
Agencias
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