Medellín, Colombia
La tesis de que para poder tocar un instrumento musical había que tener un oído muy fino, haber traído en las venas, al nacer, las notas musicales por herencia familiar, o ser una persona muy educada, intelectual, apasionada y con mucho talento, acaba de ser derrotada.

Un inquieto joven colombiano ha demostrado que cualquier persona puede aprender a tocar un instrumento en tan sólo días y seguir avanzando de manera particular hasta llegar a donde guste, como bien podría utilizar su pasión músical interna en cualquier profesión que se desarrolle.
El desafiante innovador es David Hernández Salazar, quien ha creado un nuevo instrumento musical que ha denominado “Ludófono”, capaz de producir sonidos de viento, cuerda y percusión con tan sólo aprender sus movimientos a través de los colores. “Es como ponerle ritmo a cada color”.
La teoría de este creativo es tan modesta que se atreve a asegurar que no hay que ser artista para aprender música y tocar los instrumentos creados para eso, sino más bien quitarse de la cabeza que la música sólo está en el alma de unos cuantos “locos” a quienes no les da vergüenza hacerlo bien o mal.
Ha sido merecedor del “Premio Innovadores de América” por haber demostrado que tanto niños como jóvenes y adultos pueden adentrarse en el fascinante mundo de la música, sin necesidad de pasar años y años aprendiendo a leer las notas del pentagrama en la educación tradicional.
Sín intención de descalificar a los reconocidos “genios de la música” de todos los tiempos, por haber creado en sus épocas de gloria composiones que superaban los límites de lo existente hasta ese momento, los organizadores del Galardón decidieron reconocer la imaginación de este joven y el aporte que con su invento hace a la sociedad para que se amplie el privilegio de producir música.
La tesis de Hernández es que el arte no puede encajonarse, ni encerrarse ni limitarse a dos o tres personas que deciden ir a un Conservatorio a hacer todo lo que le diga un maestro y muchas veces no pueden hacer otra cosa que no sea lo que le enseñó su instructor.
Para este colombiano acertado, es necesario y urgente que las escuelas de música se renueven y abandonen el sistema tradicional de aprendizaje musical, abriendo una nueva plataforma para la creación, combinación y transformación de los sonidos que emanan de los instrumentos.
Cambio de mentalidad
A través de su invento, el cual desarrolló en el Programa de Diseño Industrial de la Tadeo y en el que ahora participan niños que aprenden rápidamente por la sencillez del método de enseñanza, David Hernández pone en manos de todo el mundo un instrumento fácil de tocar si se elimina la barrera de que el sonido tiene que salir de tal o cual forma.
Claro está -especifica- de lo que se trata es de ir aprendiendo gradualmente y de manera sencilla y rápida, y que se integre toda una familia hasta conseguir sonidos espectaculares propios de los sentimientos de ese grupo, sus ideas y realidades. “De eso se trata, de hacer música propia y quienes quieran ir más allá que no se limiten, que comercialicen sus produciones si desean”.  
  Oír hablar al galardonado de este tema que podría generar una gran revolución en el mundo de la música nos traslada a la teoría que desmiente que para ser un artista plástico hay que haber nacido con el arte en las venas, y afirma que cualquier persona podría plasmar una hermosa obra pictórica muy parecida a la realidad si observa detenidamente el objetivo, o irse al concepto de lo abstracto si se quita la barrera de que no podría hacerlo.
 Según nos contó durante la entrevista realizada durante la ceremonia de entrega del Premio, el Proyecto Ludófono fue su tesis de grado del Programa de Diseño Industrial de la Tadeo en el año 2012, y consciente de la importancia del mismo lo prueba en el concurso y sorpresivamente obtiene el reconocimiento del jurado.
Para otorgar el premio en la categoría de Diseño fueron tomados en cuenta    los aportes conceptuales o metodológicos a la educación y la implementación de ideas innovadoras que produzcan resultados en el sector educativo a favor de la comunidad, el desarrollo social y económico.
También se buscaba que el proyecto ganador afianzara los niveles de competitividad del sector donde se aplicara y que abarcara otras obras con enfoque en la educación, que con su desarrollo haya generado un verdadero impacto en provecho de la comunidad.
El Premio Innovadores de América está dedicado a proyectos de latinoamericanos destacados en los campos del desarrollo social, empresarial, cultural y científico. Proyectos creativos que merecen ser recompensados y distinguidos por su capacidad para transformar la sociedad a través de sus innovaciones.
Diseño industrial
David Hernández Salazar es un diseñador industrial de la Tadeo y amante de la música, que luego de explorar el funcionamiento del área de Pedagogíala Orquesta Filarmónica de Bogotá, a través de su director, Edgar Puentes, se dio cuenta de que éste trabajaba con pocos recursos y apoyo de las políticas públicas educativas, y que había que hacer algo para cambiar ese panorama.
Emprende su proyecto con un amplio equipo de apoyo que se integró y confió en él y que durante tres años lo acompañó en este nuevo invento musical que incluye la creación de un instrumento, un nuevo método de enseñanza musical y un sistema de reconstrucción social, artística y comunitaria.
“Este premio significa muchísmo para nosotros porque es una apuesta a la innovacion social y el impacto que va a generar a nivel mundial es grande. Le recomiendo a los jóvenes que se desarrollen en carreras en las que se están enmarcados, por las que tengan pasión y desde allí comiencen a transformar el mundo”, expresó con muchas expectativas.
 Según explicó, esa ha sido siempre su filosofía en la vida y le ha dado enormes resultados, por lo que exhortó a los jóvenes que se sienten artistas  y a las personas que quisieran sentirse artistas a que no se limiten en lo que está escrito y está funcionando, sino que apliquen el arte, la música y la creatividad a todas las actividades a las que se dediquen.
“Nuestra pasión eran tres puntos: El Diseño Industrial, la Música y el Desarrollo Social, juntamos estas tres temáticas y explotó en un instrumento musical novedoso que está siendo reconocido en el mundo entero.
Hoy el proyecto cuenta con el respaldo de la Orquesta Filarmónica de Bogotá (Área de Pedagogía), Colsubsidio, SENA, FUSADER, Laboratorio del Ministerio de Cultura C3+D, Universidad Jorge Tadeo Lozano, el Sistema Nacional de Orquestas de Venezuela, la Secretaría de Identidad Caraqueña y la Fundación Kultur .
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EL PRÓXIMO INVENTO

Ya desarrollamos el Taller de Artes Integradas, que es nuestro primer invento y que se basó en la unión de diversas temáticas artísticas como expresión contemporanea y ahora hacemos un taller sobre arquitectura y sobre diseño gráfico para niños. Lo que sigue es replantear la mirada en el mundo y proyectarnos más hacia las necesidades de nuestra gente. Hay otros proyectos en carpeta, como el de la reutilización textil y los procesos ambientales.
GALARDÓN
El “Premio Innovadores de América” fue creado por la firma Innovamérica, con oficinas en Santo Domingo, RD, dirigida por el Grupo Pagés, operador de franquicias internacionales afiliadas al grupo Omnicom en el Caribe; Patricia Janiot, periodista, presentadora principal de CNN en Español; Gustavo Sorzano, artista, humanista y creador del premio, y Aldo Espinosa, consultor.
EN LA PREMIACIÓN
“Este instrumento híbrido de percusión, con zona grave, agudos de cuerda y de viento, lo desarollamos en el Ludófono relacionando los sonidos con los colores para que los niños generaran una rápida conexión en la que lograban escuchar los colores.
El ludófono es un proyecto innovador desarrollado en Latinoamérica que rompe con los patrones establecidos, introduciéndole un chip de música a todas las personas, pues si un niño lo aprende el adulto también lo puede hacer y hacer uso de su derecho a nutrirse de ella”.




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