Dos muertos, dos huérfanos, una joven herida, una familia destruida y dos seres humanos tan traumatizados y desamparados que no se sabe lo que podrían llegar a ser en el futuro.
Es otro de los crímenes que cosecha la violencia, la que arrastra consigo, uno tras otro, los cadáveres de mujeres dominicanas, a veces de sus agresores, y siempre convierte en víctimas también a sus hijos.
Contra un hombre armado, que ya había perseguido, golpeado y amenazado a su pareja, el freno que pusieron las autoridades fueron dos días de cárcel, la familia de la víctima dice que su asesino pagó para salir libre, y un papel con una orden de protección que resultó inútil.
Pues, interponer una denuncia por ante el Ministerio Público en contra de Jonathan de la Cruz Rojas no fue suficiente para preservar la vida de quien fuera su pareja, la joven madre de 27 años, Evelyn Beriguete Sánchez, quien fue asesinada por él en frente de sus dos hijos. Uno de ellos se despierta gritando en las noches. Los niños no se reponen de la tragedia que marcará sus vidas para siempre.
Es que los pequeños de 11 y 6 años no solo presenciaron el funesto momento en que su padre, Jonathan de la Cruz, mató a tiros a su mamá, sino que también fueron testigos de cómo terminó suicidándose.
Las pesadillas atormentan el sueño del niño mayor, quien después que el pasado sábado, a las seis y media de la tarde, vio morir a sus padres, no ha podido dormir con tranquilidad. “¡No, suéltala, no la mates, esa es mi mamá, déjala, no le dispares!”, grita en medio de las pesadillas que le asaltan de noche, según rememora con pesar la madre de la occisa, María Sánchez, quien duerme junto a su nieto.
En un intento desesperado por saber lo que angustiaba a su nieto, su abuela le pregunta, “¿Pero a quién es que van a matar, mi hijo?’”. Y éste le contestaba, “A mi mamá”.
La hermana de la víctima, quien también fue herida por el agresor, cuenta cómo su pariente era constantemente amenazada. “Ellos estaban separados, pero él tenía una semana amenazándola y le decía, que no se apure, que mira lo que le iba a hacer, porque cómo ella se atrevió a meterlo preso. Entonces, él aprovechó que estábamos en la casa de una amiga para matarla”, narró entristecida Esmeralda Beriguete Sánchez.
Sánchez, expresó que varios vecinos le decían que tenga cuidado que Jonathan de la Cruz (Peluca), estaba armado y rondaba el entorno, pero que ella no sabía que él iba actuar de esa manera.
Conmovida por la tragedia, confirma que los niños estaban presentes. Cuenta que cuando el hijo mayor vio que su papá le disparó a su mamá en el cuello vociferaba, “que se iba a matar, que por qué él le mató a su madre”. En ese instante fue que De La Cruz se propinó un disparo en la cabeza, cuando escuchó a su vástago reclamándole.
Desde ese entonces, cuando Esmeralda Beriguete se percató de que el niño cogió el arma, ella le decía que la soltara, para que la acompañe a llevar a su mamá al médico, y él accedió a la petición, con la esperanza de que su madre aún estuviera viva.
Según dijo la hermana, desde que Evelyn dio a luz al más chiquito, decidió dejar a su pareja porque era un hombre muy violento. “Ella vivía en la casa de mi mamá, después él venía y visitaba a los niños aquí, pero la relación entre ellos se mantenía, volvían y terminaban. Pero ella, estando aquí hace tres años, decidió dejarlo definitivamente”, relata.
Luego de la separación decisiva, De la Cruz la perseguía y le advertía que no podía tener novio. Hace una semana, acudió armado a la casa de la misma amiga de Evelyn, donde luego la mataría, y allí la maltrató físicamente. Esto provocó que la madre de sus hijos le pusiera una denuncia por violencia.
“Después de eso, nosotros le pusimos la querella, y lo metieron preso. Luego que salió de la cárcel, donde solo duró dos días, comenzó a amenazarla de nuevo. Por eso, ella decidió acudir a las autoridades en busca de protección. Pero la orden de protección llegó el viernes y en menos de 24 horas la mató”, lamenta.
Los familiares narraron que Evelyn Beriguete Sánchez, acababa de ingresar a la Universidad O&M, para estudiar informática. Según dijeron, ella decidió que quería estudiar y avanzar, lo cual ya no podrá ser.
Una vecina de la familia, la cual no quiso ser identificada, contó que De la Cruz, , andaba en un motor con un amigo bebiendo desde el viernes pasado, y que ella lo vio y le dijo, “ten mucho cuidado que la calle está muy peligrosa, y él le respondió, el peligroso soy yo, usted me conoce”.
“Me gustaría que le pongan más asuntos a eso de la orden de alejamiento, que lo quiten, y que metan preso inmediatamente al agresor, porque el dio 2,500 pesos para que lo soltaran y no lo mandaran a la cárcel de la Victoria, y mira ahora como estamos todos, bien triste porque ya no tenemos a nuestra Evelyn”, resaltó Esmeralda Sánchez.
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