México
Como miles de mexicanos más lo hacían en ese mismo momento, el hombre considerado líder del otrora poderoso cartel de las drogas de Tijuana disfrutaba el lunes el encuentro en el que la selección de México se disputada su pase a la siguiente ronda de la Copa del Mundo.
Pero Fernando Sánchez Arellano, alias "El Ingeniero" y quien incluso se había pintado en ambos cachetes los colores de la bandera mexicana, ya no pudo celebrar el triunfo de México 3 -1 frente a Croacia, porque aún antes de que acabara el encuentro soldados entraron a la casa de la ciudad fronteriza norteña de Tijuana donde veía el partido y lo detuvieron.     
Sánchez, quien heredó el control del otrora poderoso cartel de sus tíos Arellano Félix, fue arrestado la tarde del lunes en Tijuana en una operación en la que no se disparó un solo tiro, dijo ayer en un mensaje a la prensa el comisionado nacional de seguridad, Monte Alejandro Rubido.     
El comisionado no dio detalles sobre la captura, aunque un funcionario federal mexicano dijo a The Associated Press que Sánchez estaba en una vivienda y veía el partido de México contra Croacia cuando los soldados entraron y lo detuvieron. El funcionario habló bajo condición de anonimato porque no podía revelar detalles a la prensa.     
Rubido, quien no aceptó preguntas de la prensa, dijo que Sánchez tenía al momento de su captura unos 100.000 dólares en efectivo y que fue traslado el martes a instalaciones de la Procuraduría General de la República en la capital del país para ser interrogado antes de ser puesto a disposición de un juez.     
Durante el anuncio fueron presentadas algunas fotografías del hombre, incluida una después del arresto en la que se lo ve con una playera verde y las mejillas pintadas con los colores de la bandera mexicana.      En algunos casos, las autoridades mexicanas buscan aprovechar la asistencia de capos del narcotráfico a fiestas para intentar arrestarlos, aunque no siempre da resultado.     
En diciembre de 2009, fuerzas federales mexicanas allanaron una fiesta en el estado central de Morelos en la que se buscaba detener al líder del cartel de los hermanos Beltrán Leyva, Arturo Beltrán. Aunque logró huir, días después marinos lo ubicaron en un edificio de departamentos en la capital de ese estado, Cuernavaca, donde murió al evitar ser capturado.     
A veces, rivales también aprovechan fiestas para atacar, como de hecho le ocurrió a Francisco Rafael Arellano Félix, el hermano mayor del clan. Cuando estaba en una fiesta en el balneario turístico de Los Cabos, en Baja California Sur, Francisco Rafael fue asesinado en octubre por un hombre disfrazado de payaso.     
De la mano de los hermanos Arellano Félix, el cartel de Tijuana llegó a dominar buena parte del tráfico de drogas desde México hacia Estados Unidos en la década de 1990, aunque tras la captura o muerte de ellos la organización comenzó a debilitarse.     
El liderazgo de Sánchez en el cartel de Tijuana ocurrió mientras eran detenidos algunos de sus tíos como Javier Arellano Félix, quien fue arrestado por la Guardia Costera de Estados Unidos en aguas internacionales frente a la costa mexicana de la península de Baja California en 2006 y más tarde condenado en San Diego a 40 años de prisión.     
En el transcurso de los siguientes dos años, un lugarteniente de la organización, Teodoro García Simental, se disputó el control y se inició una batalla que convirtió a Tijuana en una de las ciudades más violentas de México con tiroteos durante el día, decapitaciones y cadáveres mutilados colgando de puentes.     
Sánchez estaba debilitado cuando Simental fue arrestado en México en 2010, lo cual abrió una rendija para la entrada en la ciudad fronteriza del cartel rival de Sinaloa, que comenzó a ganar el control de varios lugares de la localidad y su codiciado corredor de contrabando hacia San Diego.     
En mayo de 2013 la agencia antidrogas estadounidense DEA incluyó a Sánchez entre los seis narcotraficantes más influyentes en la región, aunque las autoridades estaban más preocupadas por el incremento de la presencia del cartel de Sinaloa.     
Gary Hill, un agente de la DEA a cargo de la oficina en San Diego, dijo entonces que Sánchez era "casi como un fantasma" e incluso afirmó que "él no tiene control, poder". Hill desestimó reportes que señalaban que Sánchez había alcanzado una tregua con el cartel de Sinaloa, cuyo líder Joaquín "El Chapo" Guzmán había sido un rival permanente de sus tíos desde principios de la década de 1990. Guzmán fue arrestado por fuerzas mexicanas en febrero.


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