Los tiros se escucharon en vivo. El líder agrario Atilano Roman, y locutor del programa Aquí es mi tierra, transmitido desde el diario El Sol de Mazatlán, en Sinaloa, murió a balazos cuando dos hombres entraron a la fuerza a la cabina donde conducía.

Roman era la cabeza de un movimiento de desplazados por la construcción de la presa Picachos, en Culiacán. En 2012 había organizado una marcha ante la inconformidad de la edificación de la presa donde varios manifestantes fueron detenidos por elementos ministeriales.
De acuerdo a testigos una bala le pegó en la cara. Los radioescuchas sólo escucharon los gritos de "¡Lo mataron, lo mataron" por parte de otros tres conductores que se encontraban en la cabina y quienes salieron ilesos del ataque.
El líder comunero fue llevado de urgencia al hospital privado Sharp, donde no sobrevivió a la operación de emergencia.
“Fue un ataque dirigido contra él, no contra el gremio de periodistas”, aclaró a la AFP el director de El Sol de Mazatlán, Sergio Ontiveros. “En esta ocasión no estaba haciendo fuertes críticas, hablaba de cuestiones agrarias”, añadió.
Los criminales huyeron tras el asesinato. La grabación del programa fue confiscada por la fiscalía estatal.
De acuerdo al Procurador de Justicia del Estado, Marco Antonio Higuera Gómez, las cámaras que se encuentran en las avenidas de Mazatlán muestran cómo un carro siguió a Atilano desde que salió de su casa hacia el periódico.
Román había denunciado el constante desvío de dinero federal enviado para los habitantes y había recibido numerosas amenazas.
Según medios locales, sus detractores le acusaron de favorecerse del movimiento, de desviar dinero a su favor e incluso de utilizarlo para hacerse una cirugía estética con él.
Su propia hermana reconoció entonces: “Atilano sí se cirugió, pero no con dinero de la presa”.
Hace unos días Atilano había demandado un fraude millonario en el pago de las indemnizaciones a los desplazados. Acusaba como responsable a Feliciano Castro Meléndez, exdiputado perredista, quien era el titular de la Oficina de Enlace.
Otros ataques similares
El procurador de Justicia de Sinaloa, Marco Antonio Higuera, dijo que los asesinos utilizaron una pistola de 9 mm para el crimen y que las oficinas de la estación no tenían cámaras de seguridad que pudiesen haber registrado el asesinato.
Los ataques a las radioemisoras son poco frecuentes en México, a pesar de que los periodistas y los fotógrafos de prensa han sido frecuentemente víctimas de ataques y asesinatos.
En agosto, un grupo armado atacó las oficinas de la radio comunitaria de Luvianos, 200 kilómetros al este de la capital y mató al hijo de 12 años de su conductor y fundador, Indalecio Benítez Mondragón.
Cuando Benítez regresaba en carro a su casa, que también es la sede de la emisora, varios hombres encapuchados salieron de ésta y en seguida dispararon contra su vehículo. Su hijo Juan Diego Benítez, recibió tres balazos y murió en el acto, según el informe que hizo Reporteros sin Fronteras.
El periodista dijo que no había recibido amenazas previas a este ataque, pero no descartaba la posibilidad de haber sido blanco de la agresión debido a la cobertura informativa que realiza.
Según el Comité de Protección a Periodistas, con sede en Nueva York, 75 periodistas y trabajadores de los medios han sido asesinados desde 1992, la gran mayoría trabajando como periodistas o editores de medios impresos.

©Univision.com y Agencias