Combatir a los terroristas del Estado Islámico no es tarea sencilla. Ni siquiera para los Estados Unidos.
El presidente Barack Obama se resiste a emprender una guerra unilateral en Medio Oriente. Por eso, la Casa Blanca lo que busca es conformar una coalición con aliados internacionales y regionales.
Días atrás, el mandatario ordenó ataques aéreos en objetivos yihadistas en Irak. Sin embargo, para Washington eso apenas sirve para contener a los terroristas. Pero para derrotarlos necesitará una alianza.
El propio Obama reconoció que no será nada sencilla la lucha contra el EI, y convocó a los países regionales a que se sumen a la misión de Irak contra el grupo yihadista.
“Estamos urgiendo a los países de la región para que apoyen a los iraquíes en la lucha contra estos terroristas bárbaros, y con este objetivo estamos construyendo una coalición internacional”, manifestó esta semana el jefe de Estado.
En esa línea, el vocero de la Casa Blanca, Josh Earnest, advirtió en conferencia de prensa que para lograr la estabilidad de Medio Oriente a largo plazo es necesaria una implicación internacional. “Una operación militar dirigida por los Estados Unidos no es una solución duradera”, apuntó.
Hasta el momento, países como Albania, Canadá, Croacia, Dinamarca, Italia, Francia y Reino Unido se sumaron a los Estados Unidos en el suministro de armas y equipamiento para las fuerzas kurdas, que se encuentran luchando contra los terroristas del Estado Islámico al norte de Irak.
The New York Times detalló este miércoles la lista de países a los que Washington solicitó su colaboración:Australia, Reino Unido, Jordania, Qatar, Arabia Saudita, Turquía y Emiratos Árabes Unidos. Según fuentes oficiales, algunos de estos países colaborarían con la oposición siria moderada, mientras que el Reino Unido y Australia participarían en los ataques aéreos.
Luego de las operaciones realizadas a principio de mes sobre Irak, ahora el debate en Washington gira en torno aposibles ataques en Siria contra los terroristas del EI. Pero esto es complicado para Obama. En primer término, los Estados Unidos no cuentan con la información necesaria sobre posibles objetivos. Por otro lado,Washington no reconoce al presidente Bashar al Assad.
De acuerdo con lo explicado por Brian Katulis, investigador del Center of American Progress, la cuestión ya no es tanto si habrá un ataque, “sino cuándo y cómo”.
“La cuestión ahora es si [la Administración Obama] tiene suficiente información sobre el terreno para lanzar algún tipo de ataque y, en segundo lugar, si tiene un objetivo definido sobre qué quiere conseguir con los ataques”, agrega Katulis, según consigna El País.
En Irak el objetivo era contenter el avance yihadista para preservar la seguridad de los yazidíes. No obstante, en Siria hasta el momento el panorama es menos claro.
Fuente: infobae.com
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