El presidente de Nigeria prometió ayer jueves “hacer todo lo posible para traer a nuestras hijas a casa”, en referencia a las casi 300 adolescentes secuestradas, y dijo que los extremistas islámicos responsables del hecho amenazan los avances democráticos del país.
“Es un hecho triste, al hablarles yo hoy, que los avances de los últimos 15 años de régimen democrático en nuestro país se ven amenazados por la presencia del terrorismo internacional en nuestras tierras”, dijo el presidente Goodluck Jonathan en un discurso alusivo a la transformación de Nigeria luego de décadas de dictaduras.
Atribuyó la insurgencia islámica a “elementos extremistas extranjeros” y ofreció una amnistía a quienes renuncien a la violencia. Jonathan no dio detalles de lo que está haciendo el gobierno para rescatar a las niñas, cuya ubicación las fuerzas armadas dicen conocer.
Pero el comandante militar teme que el empleo de la fuerza provoque la muerte de las niñas. Jonathan descarta canjearlas por insurgentes detenidos.
Las niñas fueron secuestradas de su escuela en la aldea de Chibok el 15 de abril. Boko Haram comenzó como una secta religiosa moderada que tomó su nombre de la consigna de su líder -”la educación occidental es pecaminosa”- quien predica que la influencia occidental corrompe a la sociedad nigeriana, empobrece a la nación y somete a la gente del noreste a la mayor miseria.
Jonathan ha prometido enfrentar la pobreza que alimenta a la insurgencia, pero solo después de derrotar a ésta.
Por otro lado, hombres armados de Boko Haram mataron a 35 personas en ataques en tres pueblos del estado nigeriano de Borno, indicaron una fuente militar y lugareños. Docenas de hombres irrumpieron en camionetas en Gumushi, Amuda y Arbokko, abriendo fuego contra los habitantes de estos pueblos.
Listindiario.com
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