Los estudiantes que lideran las protestas prodemocráticas de Hong Kong han suspendido el diálogo acordado con el Gobierno para solucionar el futuro político de la isla.
Su decisión responde a los episodios de violencia registrados este viernes, cuando grupos de manifestantes fueron atacados por fuerzas de choque del régimen chino frente a la pasividad de las autoridades, según señalaron las organizaciones que lideran las protestas.
“No tenemos otra opción que suspender el diálogo, después de que el Gobierno y la Policía dieran la espalda hoy a actos violentos de grupos dirigidos contra los manifestantes”, anunció la Federación de Estudiantes de Hong Kong, una de las organizaciones promotoras de la movilización.
Numerosos grupos de ciudadanos antiprotestas atacaron a manifestantes en las zonas de Causeway Bay y de Mong Kok, esta última uno de los barrios de más densidad de población, en las que se han vivido las situaciones más tensas de esta jornada, la sexta desde que comenzaron las protestas.
Casi un millar de ciudadanos acorralaron a un centenar de estudiantes en Mong Kok, y trataron de desmontar sus tiendas colocadas en la calle. Agentes de la Policía organizaron una cadena humana para contener a los ciudadanos enfurecidos contra los jóvenes, pero fueron derribados.
Según han criticado los estudiantes y participantes en la manifestación prodemocrática, les lanzaron botellas de agua y las autoridades “no hicieron nada”. Un joven contó al diario South China Morning Post cómo lo habían derribado y le habían pegado, y la Policía se había quedado “sin hacer nada”. “Presentaré una denuncia (a los agentes)”, aseguró.
Benny Tai, cofundador de la organización Occupy Central -una de las principales en el movimiento- ha asegurado que se han tratado de ataques organizados por el Gobierno de Pekín. Esta teoría fue compartida por muchos jóvenes en las manifestaciones, que han demostrado un comportamiento pacífico durante estos seis días de movilizaciones.
 
“Apenas hay suficientes policías para tanta gente descontrolada, y no nos están ayudando mientras nos están insultando, acosando, nos han tirado botellas de agua y han tratado de agredirnos”, aseguró a EFE Lie Hu, de 24 años.
Según Hu, muchos de los ciudadanos antiocupación han llegado a la zona en autobuses fletados desde la frontera con la ciudad china de Shenzhen por “el Gobierno de Pekín, que les ha pagado para estar aquí”.
“Llegaron de la nada, son gente pagada por el Gobierno, no son de aquí, no hablan bien cantonés (el dialecto que se habla en Hong Kong)”, explicó una joven de 26 años llamada Cynthia, integrante del movimiento prodemocrático.
La sexta jornada de protestas amaneció con menos integrantes que en días anteriores, horas después de que el jefe del Ejecutivo de Hong Kong, Leung Chun-ying, abriera la vía del diálogo para intentar buscar una solución, aunque se negó a presentar la dimisión que le exigen los manifestantes.
Mientras en Causeway Bay se controló la disputa rápido, en Mong Kok el ambiente está más caldeado y se están produciendo diversos enfrentamientos verbales entre ciudadanos, que casi han llegado a traducirse en enfrentamientos físicos.
Cientos de ciudadanos -en su mayoría, hombres- han rodeado la última tienda que queda en pie de los manifestantes, y que los jóvenes intentan mantener. Los estudiantes -en menor número- organizaron tres filas humanas para que los ciudadanos que protestan contra la ocupación no puedan acceder allí.
Diversos agentes de Policía, que acudieron a la zona para asegurar el orden, también han organizado una cadena humana para sostener a las cientos de personas que tratan de alcanzar a los jóvenes enfurecidos.
Fuente: infobae.com

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