AFP
WASHINGTON
La epidemia de Ébola en África, que ha dejado más de 800 muertos desde marzo, continuaba haciendo estragos ayer, con un médico muerto en Sierra Leona, otro médico estadounidense "muy débil" y la interrupción de conexiones aéreas entre países del oeste africano.
En tanto, representantes de la Organización de la Aviación Civil Internacional (OACI) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reunirán de emergencia, en fecha y lugar aún sin determinar, para evaluar cómo evitar la propagación de la peor epidemia de Ébola de la historia.
Horas antes, la compañía aérea panafricana ASKY había anunciado la interrupción de sus conexiones entre las capitales de Liberia y de Sierra Leona, después de que muriera en Nigeria un pasajero liberiano que sufría de este virus.
"La suspensión de los vuelos con destino Freetown y Monrovia por parte de ASKY ocurre en el marco de la lucha contra la propagación del virus Ébola", dijo a la AFP Afoussath Traoré, portavoz de la compañía con sede en Lomé, en Togo.
La decisión de la aerolínea forzó a la OACI --que es una agencia de la ONU-- a ponerse en acción, explicó a la AFP Raymond Benjamin, presidente de la organización de la aviación civil.
"Esto nos hace actuar muy rápidamente", dijo, detallando que la OACI "sostendrá consultas con la OMS para saber qué tipos de recomendaciones emitir" para frenar la expansión del mal.
Desde marzo, más de 1.200 personas han sido infectadas en África occidental y más de 800 han muerto. El virus se concentra en Guinea, Liberia y Sierra Leona.
El médico estadounidense Kent Brantly, de 33 años, se infectó de este agresivo virus cuando trabajaba en la capital de Liberia, Monrovia. También se contagió otra estadounidense que actuaba en el mismo hospital.
"(Brantly) no está bien. Está aún en la primera fase de la infección del Ébola, pero tiene complicaciones diarias", dijo a la AFP por teléfono el doctor David Mcray desde Fort Worth, Texas.
"Ha pedido que no hable con detalle sobre sus síntomas, pero está muy débil y enfermo", añadió el médico, que habla diariamente con Brantly y realiza un seguimiento de su situación.
En Sierra Leona, murió el martes un médico de un centro de tratamiento contra el Ébola en Kenema (en el este del país, una de las regiones más afectadas), informó a la AFP el jefe de los servicios de salud sierraleonés.
El doctor Omar Khan, quien falleció a las 14H00 GMT, había sido hospitalizado una semana atrás en un centro de Médicos Sin Fronteras.
Khan fue calificado por la ministra de Salud de Sierra Leona, Miatta Kargbo, como un "héroe nacional" porque "pasaba doce horas al día salvando vidas, haciendo un sacrificio formidable".
- "No se arrepiente" -
El lunes, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) advirtieron que el fatal virus, que tiene una tasa de mortalidad de 60% y carece de vacuna, puede propagarse como reguero de pólvora y pidió a los viajeros en África occidental que tomen precauciones.
El virus del Ébola se transmite por contacto directo con la sangre, líquidos biológicos o tejidos de personas o animales infectados. La fiebre que provoca se manifiesta con hemorragias, vómitos y diarrea.
El diagnóstico del doctor Brantly fue anunciado el sábado por Samaritan's Purse, un centro cristiano de caridad cuyo centro dedicado a combatir el Ébola en Liberia él dirigía.
Samaritan's Purse ha intentado trasladarlo a otro hospital, tal vez en Europa, "pero, como se podrán imaginar, es complicado transportar a alguien infectado de Ébola a lo largo de fronteras internacionales", explicó Mcray.
Mcray añadió que, aunque la atención de la prensa se ha centrado en el caso de este doctor estadounidense, el propio Brantly está consciente de que él es sólo uno del millar de infectados por este mal.
"Él tiene colegas que han sucumbido y no se ve a sí mismo como alguien único, en ningún sentido", dijo Mcray. Pero "no se arrepiente (...) Quiere que la gente sepa que él estaba allí porque quería".





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