Santo Domingo
Desde las primeras horas del día, con una cantina de yuca con huevo en mano, espera que dé la una de la tarde para entrar a la cita con la ginecóloga, tras casi siete meses de embarazo.

Es la primera vez que asiste donde una especialista para revisar su proceso de gestación.
Ruth Viviana, de apenas 14 años, cuenta que quedar embarazada no es nuevo para ella. “A los 13 años perdí una barriga.
Mientras cargaba agua con una cubeta me caí y empecé a sangrar, me sentí súper mal, no sabía que tenía un niño en mi vientre hasta ese momento. En verdad, quería tenerlo”, dice con un tono triste.
Varía el matiz de su voz al hablar de su actual estado de gestación. “Tenía dos meses que no me llegaba el período. Empecé a tener mareos y náuseas. Una mañana de diciembre fui al hospital cerca de mi casa, y me hice las pruebas y salió positivo. Grité como loca de la emoción: “¡Ay Dios mío, Ay Dios mío!”.
Un motivo para huir
A pesar de que una de las causas para que las adolescente abandonen el hogar materno y decidan mudarse con su pareja a destiem po es el embarazo, Ruth Viviana tiene otra experiencia.
La presión familiar fue su motor de huída: “Yo salí de mi casa por problemas, peleaba demasiado con mi mamá, casi no conozco a mi papá, es más, creo que falleció, y mi padrastro me maltrataba y me hacía pasar vergu¨enza delante de la gente hasta un punto en que me jalaba los moños en la calle”.
“Yo me alejé de mi familia, y luego, meses después, salí embarazada”, a pesar de eso, dice que su mamá y sus dos hermanas pequeñas la apoyan y la visitan de vez en cuando.
“Seré toda una madre soltera”
Al preguntarle sobre el padre de su criatura, cuenta: “Él tiene 21 años, se quedó en octavo de la primaria como yo, no tiene un trabajo fijo, hace chiripas en la construcción. Me alejé de él por su mala actitud, aunque él no quería abandonarme al principio. Ahora vivo en una casa prestada, en una habitación en Las Caletas.
No me da miedo vivir sola, para que alguien esté maltratando a mi hija como lo hicieron conmigo, mejor me quedo así. Seré toda una madre soltera y no me pesa”.
A pesar de que Ruth no quiere volver con su expareja, dice que se siente feliz con el bebé que lleva en su vientre. El padre de la criatura la visita de vez en cuando y le da, dentro de lo que puede, lo que ella necesita económicamente.
Incluso, relata que el joven, cuando se enteró por teléfono de que iba a ser padre, brincó de la alegría.
“Lo llamé y no se aguantó y empezó a saltar de emoción, según me dice su madre, que estaba al lado de él en ese momento” 
Una fuerza para luchar
“Yo quiero una hembra, y sé que es una niña. Se lla- mará Ana Gabriela, ya que tengo una tía que se nombra Ana, y su padre se llama Gabriel”, manifiesta llena de ilusión.
La joven, quien detuvo sus estudios hace un año, dice que, desde que dé a luz, quiere continuar luchando para salir adelante en la vida por su futuro y el de su hija. Revela, además, que entre sus materias favoritas estaba ciencias naturales, ya que le gustaría ser doctora.
“No me arrepiento ni de salir de mi casa, ni de estar embarazada. La gente me pregunta ¿Por qué tan joven con una barriga? Y dicen que eso es un atraso en mi vida, y les respondo: “Si tú eres un atraso para tu mamá, mi hija no lo será, es ya mi fuerza para luchar”.
Un modelo a no seguir
Al hablar sobre su madre, confiesa: “Estoy lejos de mi mamá por ciertas situaciones que pasaron, hay cosas de ella que no quiero imitar.
Quiero ser una madre cuidadosa, darle el cariño que a mí no me dieron, y como pobre, darle todo lo que necesita”.
“Cuando nazca mi bebé me inscribiré los sábados en el liceo, para el resto de la semana dedicárselo a ella. No quiero que repita mi historia, quiero inculcarle valores, que se faje a estudiar, se haga de una carrera, que no pase por lo mismo que yo”.
El significado de ser mamá
¿Qué es ser para ti madre?, no tarda en responder: “Es una experiencia linda que nos hace aprender, y hasta valorar el esfuerzo de las madres por sus hijos.
“Mi hija es lo mejor que me ha pasado en el mundo, si Dios lo decidió ahora, no puede desaprovechar la oportunidad”, concluye con un gesto agradecido.
 Jóvenes perciben el embarazo como una opción de vida 
La prevalencia de embarazos en adolescentes ha descendido en el país, según ENDESA 2013, que coloca en 90 la tasa promedio de fecundidad en la población entre 15 y 19 años. En 2007 era de 92. La encuesta, sin embargo, no toma en cuenta a las muchachas menores de 15 que, como Ruth Viviana, ya se han embarazado incluso más de una vez.
El embarazo en adolescentes, visto por las autoridades y la sociedad como un grave problema, es percibido de manera distinta por las protagonistas: las madres menores de edad.
Quienes toman decisiones de políticas públicas asumen “el embarazo en adolescencia como un accidente, un producto no deseado de relaciones sexuales a temprana edad sin la protección debida”, explica Profamilia en el informe “El embarazo en adolescentes en RD: una realidad en transición”.
“Los sentimientos y experiencias negativas reportadas por ellas, más bien están vinculadas a las preocupaciones por la reacción del entorno, su familia de origen y, de manera particular, su madre, así como también por el posible rechazo de la pareja como consecuencia del embarazo”, como se evidencia en la entrevista a Ruth.
 UNA NUEVA MIRADA AL EMBARAZO EN ADOLESCENTES 

MEJOR VIDA 

“El hombre es visto como el que se va a ‘hacer cargo’ de ella... alguien quien la ‘va a hacer feliz”, dice el estudio de Profamilia. Muchas adolescentes ven a la pareja como una posibilidad de alejarse de una situación poco favorable en su familia.
TASA DE FECUNDIDAD
Descendió de 92 a 90 la tasa de fecundidad en jóvenes de 15 a 19 años en el país, según ENDESA 2013. No tomar en cuenta el grupo de 10-15 deja fuera a una población que llama la atención hoy por su actividad sexual.
ABORDAJE DEL TEMA 
“Es muy probable que un discurso dirigido a la prevención del embarazo que lo define como no deseado y accidental– definición posiblemente válida en otros contextos socio-culturales–, no tenga mucho que decirle a una joven para quien la maternidad, adolescente o no, constituye el núcleo de su proyecto de vida”, plantea el informe de Profamilia, “El embarazo en adolescentes en RD: una realidad en transición.” 
ACEPTABLE 
El informe de Profamilia plantea, además, que aunque el entorno familiar pueda rechazar el embarazo, una vez nace el bebé esto cambia.
Listindiario.com

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