Un médico local dijo a la familia que sí se podían separar pero que el resultado de la operación tendría notables consecuencias para Shivanath, el más débil de los hermanos. Los niños comparten piernas y estómago, pero tienen dos pulmones, corazones y cerebros diferentes.
Para Shivram, una operación de separación sería en principio una liberación física. Sin embargo, desde el punto de vista psicológico no es fácil pues vería como su hermano ha quedado bastante perjudicado.
El padre opina lo mismo que los siameses. No quiere separarlos. Dice que ellos se llevan muy bien juntos y piensan de manera casi igual: cuando a uno de ellos le apetece jugar, al otro también.
No obstante, el médico local dice que ahora, con 12 años, piensan de una manera menos independiente pero cuando vayan siendo más adultos quizá cambien de opinión al querer más autonomía.
Mientras tanto, los siameses llevan un vida como la de cualquier otro niño de su pueblo: se ayudan mutuamente en el aseo diario (uno peina al otro), van al colegio (sacan buenas notas, por cierto) y juegan con sus amigos.
Elintransigente.com
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