1.- Deja de juzgar. No puedes saber por lo que la otra persona ha pasado; cuáles han sido sus triunfos, sus momentos difíciles, sus deseos más profundos. Así que, ¿por qué calificar sus acciones de acuerdo con tus parámetros? Cuando juzgas a alguien, proyectas tus propias inseguridades.
2.- Olvídate de las etiquetas. Mi compañero es un flojo, Guillermo es un impuntual, Ramón es superficial. Al etiquetar a la gente te haces un mal a ti; te limitas a conocer otros aspectos de las personas porque crees ya saberlo todo. Abre tu mente, te llevarás más de una sorpresa.
3.- Suelta el pasado. Ya lo dijo el gran filósofo mexicano José José: ya lo pasado, pasado. Suelta lo que te sucedió cuando eras pequeño, lo que viviste en la adolescencia, lo mal que la pasaste ayer: aprende a concentrarte en el presente, y a que el pasado sea sólo una enseñanza.
4.- No te tomes nada personal. Otra verdad de la vida: la gente tiene muchos problemas, y los suele desquitar con los demás. Así que si tu jefe un día está de mal humor y te dice que no sabes hacer nada bien, no te lo creas. Es su enojo hablando, no él. Aprende a descartar opiniones y quedarte con las que realmente importan.
5.- Escucha a tu intuición. Seguro, en la escuela, la universidad e incluso en tu casa te dirán qué es lo que tienes que hacer para ser feliz: qué carrera estudiar, en qué empresa trabajar y hasta a qué edad casarte y tener hijos para tener una vida exitosa. ¿Estás seguro de que eso es lo que quieres? No dejes que nadie te diga cómo debes vivir tu vida.
6.- Rodéate de las personas adecuadas. Así como borras del Facebook a la gente que no te aporta nada, evita en la vida real rodearte de personas que lo único que hacen es robarte energía. Quédate con las personas que te hagan sentir bien, te enseñen cosas y quieran aprender de ti. Aunque sean pocas.
7.- Toma decisiones rápidas y firmes. Si no te pones las pilas, puedes pasar tu vida entera dudando de qué decisión tomar o de si la decisión que tomaste fue la correcta. Evalúa las condiciones, escucha lo que tu intuición tiene que decirte y hazlo, pero ya. Aprende a aprovechar las oportunidades.
8.- Arriésgate. Sonará a cliché, pero es bastante cierto: la vida es demasiado corta como para jugártela a la segura. La gente que se atreve a hacer las cosas de manera diferente es la gente con mayores satisfacciones en la vida. ¿O vas a quedarte sentado esperando que un milagro cambie tu vida?
9.- Da siempre lo mejor. En todo lo que hagas pon lo mejor de ti; nunca hagas las cosas a medias. Si te entregas al máximo, nunca podrás recriminarte no haber hecho lo suficiente, uno de los principales remordimientos de la mayoría de la gente al envejecer.
10.- Deja fluir. Según la teoría budista, uno de los mayores sufrimientos del hombre proviene de los apegos. Nos aferramos a las personas, a las cosas, a los trabajos, al éxito; y cuando las cosas no salen como queremos, nos frustramos y sentimos que no valemos nada. Aprender a dejar fluir es de lo más difícil en la vida, pero sin duda, de lo más gratificante.
Terra
3.- Suelta el pasado. Ya lo dijo el gran filósofo mexicano José José: ya lo pasado, pasado. Suelta lo que te sucedió cuando eras pequeño, lo que viviste en la adolescencia, lo mal que la pasaste ayer: aprende a concentrarte en el presente, y a que el pasado sea sólo una enseñanza.
4.- No te tomes nada personal. Otra verdad de la vida: la gente tiene muchos problemas, y los suele desquitar con los demás. Así que si tu jefe un día está de mal humor y te dice que no sabes hacer nada bien, no te lo creas. Es su enojo hablando, no él. Aprende a descartar opiniones y quedarte con las que realmente importan.
5.- Escucha a tu intuición. Seguro, en la escuela, la universidad e incluso en tu casa te dirán qué es lo que tienes que hacer para ser feliz: qué carrera estudiar, en qué empresa trabajar y hasta a qué edad casarte y tener hijos para tener una vida exitosa. ¿Estás seguro de que eso es lo que quieres? No dejes que nadie te diga cómo debes vivir tu vida.
6.- Rodéate de las personas adecuadas. Así como borras del Facebook a la gente que no te aporta nada, evita en la vida real rodearte de personas que lo único que hacen es robarte energía. Quédate con las personas que te hagan sentir bien, te enseñen cosas y quieran aprender de ti. Aunque sean pocas.
7.- Toma decisiones rápidas y firmes. Si no te pones las pilas, puedes pasar tu vida entera dudando de qué decisión tomar o de si la decisión que tomaste fue la correcta. Evalúa las condiciones, escucha lo que tu intuición tiene que decirte y hazlo, pero ya. Aprende a aprovechar las oportunidades.
8.- Arriésgate. Sonará a cliché, pero es bastante cierto: la vida es demasiado corta como para jugártela a la segura. La gente que se atreve a hacer las cosas de manera diferente es la gente con mayores satisfacciones en la vida. ¿O vas a quedarte sentado esperando que un milagro cambie tu vida?
9.- Da siempre lo mejor. En todo lo que hagas pon lo mejor de ti; nunca hagas las cosas a medias. Si te entregas al máximo, nunca podrás recriminarte no haber hecho lo suficiente, uno de los principales remordimientos de la mayoría de la gente al envejecer.
10.- Deja fluir. Según la teoría budista, uno de los mayores sufrimientos del hombre proviene de los apegos. Nos aferramos a las personas, a las cosas, a los trabajos, al éxito; y cuando las cosas no salen como queremos, nos frustramos y sentimos que no valemos nada. Aprender a dejar fluir es de lo más difícil en la vida, pero sin duda, de lo más gratificante.
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